¡Vamos a explorar juntos!
Un Niño Desobediente

Los rescoldosBrasa menuda resguardada por la ceniza. de la fogata aún crepitanProducir sonidos repetidos, rápidos y secos, como el de la sal en el fuego. a la intemperie de la fría noche andina. Rodeando las llamaradasLlama que se levanta del fuego y que se apaga pronto., un grupo de viajeros aviva el fuego contando historias y leyendas, acompañados por algunos lugareños, que bien conocen esos paisajes que casi rozan el cielo.
Las bajas temperaturas obligan a beber un té de coca con chachacomaPlanta de la cordillera andina, de flores amarillas y de uso en la medicina casera., cuyo vapor se entremezcla con el humo que expeleExpulsar. cada boca durante la conversación. La hierba ayuda también a aminorar los efectos de la puna, que a esas alturas puede ocasionar grandes estragos en el cuerpo.
Los viajeros se miran entusiasmados, han relatado algunas experiencias, pero no se comparan con las historias que narran los oriundosOriginarios, indígenas., cuyo vapor se entremezcla con el humo que expeleExpulsar.. "Ha valido la pena el viaje", exclama un extranjero, expectante y ansioso por seguir escuchando.
Entre las pausas propias de la narración, un hombre irrumpe con su voz baja y temerosa. Dice ser de la comuna de General Lagos, hijo de ganaderos y ferviente protector de la PachamamaEn quechua y aymara, significa "Madre Tierra". Es una deidad venerada por los pueblos andinos, representando la fertilidad, la abundancia y la conexión intrínseca entre los seres humanos y la naturaleza.. "Les traigo una historia que nos contaba mi madre, después de escucharla nunca más la desobedecimos con mis hermanos". Se sienten carcajadas, que se interrumpen rápidamente ante el semblante serio del próximo oradorPersona que habla en público, pronuncia discursos o imparte conferencias de forma elocuente y con estilo elevado..
Hace muchos años había una madre junto con su hijo. Ambos vivían los dos solos. Tenían animales como alpacas, llamas y corderos, animales muy frecuentes por estos territorios. Todos los días salían a pastorear su ganado, levantándose muy temprano. Ella, antes de que amaneciera, dejaba preparado las meriendas y el almuerzo para la jornada. Era una labor sacrificada, pero debía hacerlo por su hijo, su tierra y sus animales. El niño era hijo único y algo característico que tenía era que siempre se enojaba por cualquier cosa. La madre casi no podía retarlo o enseñarle porque inmediatamente se enojaba y realizaba sus pataletasEnfado o rabieta..
Cierto día, en el que se encontraban pastoreando a sus animales como de costumbre, el niño comienza a quedarse atrás. La mamá avanzaba con el rebaño mientras el hijo se distraía jugando. "Apúrate", le gritaba la madre, "los corderos nos están ganando". No obstante, pese a las advertencias de la mujer el niño se enoja y se devuelve aún más atrás.
El hijo se fue caminando, enojado, por esos senderos peligrosos, alejándose cada vez más de la madre. De pronto, otro niño, desnudo, de apariencia oscura, le grita invitándole a irse con él.
El hijo asustado al ver esa figura extraña, se va corriendo de regreso donde su mamá y, llorando, le cuenta lo sucedido. Al instante de revelar esa experiencia inusual, sufre una hemorragia y muere, sin explicación, delante de su madre. Ella, desesperada, no sabe qué hacer y llora amargamente.
Cuenta la leyenda, tiempo después, que aquel niño oscuro y extraño era un demonio, que suele aparecer a los pequeños que desobedecen a sus padres, llevándoselos consigo al fondo de la tierra.
Al terminar la historia, una ráfaga fuerte de viento se siente a las espaldas de los viajeros. La fogata se desvanece y la oscuridad inmensa llena todo el horizonte. Solo es posible reconocer la silueta imponente de las montañas y volcanes, a lo lejos, y el rostro impávidoQue se muestra sereno o sin miedo ante el peligro. de aquellos que escucharon el relato. Sin mediar palabra, retornan todos al campamento para continuar al día siguiente su viaje por el altiplano.
Ya sabrán qué contarles a sus hijos en caso de que alguno se atreviera a desobedecer.